Las grandes empresas tecnológicas tienen que tener cuidado con algo que aunque parezca que solo están en los filmes, además se dan en el mundo real: los espias. Este ha sido el caso de un exingeniero de Google que ha sido acusado de robar secretos comerciales a su compañía mientras trabajaba con dos empresas con sede en China. Un caso que ha vuelto a hacer saltar las alarmas sobre el espionaje chino sobre empresas de EEUU.