Si en tu empresa están apostando todo a los chatbots, tenemos malas anuncios: mienten. Más del 60% de las respuestas que ofrecen son erróneas, pese a que las máquinas lo afirmen con total seguridad. Si las interrogas demasiado, cambian su versión al vuelo, y si las interrogas demasiado, deliran. La promesa de una IA que simplifica el acceso a la información choca de frente con una realidad más gris.