Uno de los grandes mitos de la ciencia espacial y de nuestra civilización, es que la Gran Muralla China se puede ver a simple vista desde el espacio. Pero la realidad es que astronautas que han viajado a la Estación Espacial Internacional (ISS) de la NASA, han dejado el testimonio que no son capaces de ver la estructura sin utilizar herramientas de acercamiento óptico.

Las emisiones de carbono a la atmósfera no son algo que esté precisamente bien distribuido. Se sabe que el 70% de las mismas procede únicamente de 10 países. Estos son, los principales responsables del calentamiento global derivado de la liberación de gases de efecto invernadero.

Mi columna en Invertia de esta semana se titula «China y la descarbonización: ¿susto o muerte?» (pdf), y trata de ilustrar la estrategia de China de cara a la descarbonización del mundo: utilizarla para convertirse en la mayor potencia industrial a costa de generar emisiones de dióxido de carbono y gases de efecto invernadero durante más tiempo – la hipótesis de su gobierno es que esas emisiones alcanzarán su máximo en torno al año 2030 – mientras producen los elementos nec