En el aspecto geopolítico, uno de los hechos que ha marcado el inicio del año 2025 ya suena a 'déjà vu' en Europa: otro corte en un cable submarino en el Mar Báltico, una región que se ha convertido en un punto cálido para la infraestructura crítica de telecomunicaciones y energía. Y, aunque inicialmente las sospechas recayeron sobre Rusia, una investigación más profunda sugiere una explicación diferente... pero no exenta de polémica.