La Tierra parece no tener secretos a estas alturas. Eso si hablamos de la parte terrestre, claro, porque aunque nos estamos poniendo las pilas con el fondo oceánico, aún queda mucho por conocer. Y uno de los ejemplos es la Ciudad Perdida encontrada el año 2000, un conjunto de estructuras en mitad del Atlántico que no sólo son curiosas, sino que nos ayudan con lo más inesperado: estudiar ecosistemas extraterrestres.
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