Llegarás a casa o la oficina, conectas tu smartphone a un dock, y a laborar o disfrutar. Nada de portátiles ni de PCs. Tu ordenador será tu móvil. Esa era la promera de la convergencia.
Llevamos más de una década hablando de ella y es un tema que me fascina especialmente. Lo intentaron Motorola, Canonical, o Microsoft, pero ninguna de ellas tuvo éxito.