Mats Steen, un joven noruego cuya vida fue un ejemplo de superación y amor por las pequeñas cosas, ha dejado un legado profundo y duradero que trasciende fronteras. Desde muy pequeño, Mats mostró un especial cariño por un zorro de cerámica, un símbolo que continuaría acompañándolo durante toda su vida. Sin embargo, su mundo cambió radicalmente a los siete años, cuando recibió el diagnóstico de distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad que impactó severamente su movilidad.