No es ningún secreto que China es el mayor exportador de productos electrónicos del mundo. El gigante asiático ha ofrecido durante mucho tiempo una serie de ventajas prácticamente irresistibles para las compañías. Desde la capacidad para sostener vertiginosos ritmos de producción hasta la disponibilidad de enormes puertos mercantes para envíos. Todo esto, con costes altamente competitivos.