La protagonista de esta historia tiene 56 años y un juez acaba de otorgarle la incapacidad absoluta tras acumular varios años de bajas desde 2015 por estrés y por ansiedad. Eso sí, ha trabajado 35 años como agente en el concurrido aeropuerto de Gran Canaria en diversos servicios como es de reclamaciones de equipajes perdidos.

Su diagnóstico es el del "síndrome del trabajador quemado" (en este caso trabajadora). Se trata de un estado de agotamiento por estrés laboral crónico que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció como enfermedad profesional en 2022, aunque era un tema del que el organismo llevaba ya tiempo hablando.

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La historia que comparte es interesante porque sus síntomas pueden resultarle familiares a muchas personas que trabajan en entornos laborales complicados. Al fin y al cabo ya hemos visto en diversos estudios cómo la gente se encuentra en niveles récord de estrés y con una relación enfermiza con el trabajo. Hace poco, afrimaban desde Harvard Business Review que "la nueva era del trabajo flexible ha fomentado una cultura de exceso de trabajo, que está resultando perjudicial para la salud mental de los empleados".