El primer
iPhone se presentó en 2007. además entonces se filtraron algunas ideas conceptuales que demuestran cómo Apple trabajaba en una idea revolucionaria, futurista, algo que parecía sacado de una novela de Arthur C. Clarke o Asimov: casi veinte años después, el anillo de Apple o
Apple Ring sigue sin llegar tarde. Porque nadie lo ha hecho realidad al nivel que los de
Cupertino han conceptualizado.
La miniaturización de la tecnología ha hecho maravillas durante los últimos años y solo hay que fijarse en el Apple Watch un ordenador en la muñeca o el Apple Pencil: su placa base doblada es todo un hito. Por esto mismo, ya no es ciencia ficción pensar en un anillo de Apple. La idea ha pasado por sus laboratorios, y puede ser una oportunidad para estrenar otro wearable más que facilite nuestro día a día. Veamos para qué podría sernos útil.
La idea de un "anillo inteligente" no es nueva. Por el mercado han pasado anillos como el Oura Ring con cierta importancia, pero sin llegar a establecer un mercado global. El Samsung Galaxy Ring además se ha convertido en uno de esos wearables que todo el mundo quiere tener, aunque realmente no sepan para qué.
Las funciones de este y otros anillos se enfocan en registrar constantes vitales del cliente, monitorizando su sueño e incluso llegando a detectar indicios de enfermedades crónicas. Por supuesto, además establecen cierto vínculo entre el teléfono móvil y el resto del ecosistema de productos.