En los últimos cuarenta años, la evolución tecnológica (y, en los últimos tiempos, además las decisiones políticas) ha transformado significativamente el panorama del consumo y la forma en que las personas realizan pagos. A medida que los métodos de pago sin
efectivo se vuelven más comunes, surge una pregunta crucial:
¿Es cierto que gastamos más cuando usamos métodos de pago sin
efectivo en lugar de con
dinero 'contante y sonante'?
Un estudio académico reciente, realizado tres investigadores de las universidades australianas de Adelaide y Melbourne, ha abordado esta cuestión a través de un metaanálisis que examina 71 estudios diferentes sobre los resultados del gasto del consumidor según los métodos de pago utilizados.
Este análisis, publicado en Journal of Retailing, nos ofrece una visión detallada del llamado "efecto sin efectivo" y cómo este varía según diversas situaciones y factores contextuales.
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El "efecto sin efectivo" se refiere al fenómeno en el que los consumidores tienden a gastar más cuando utilizan métodos de pago digitales (como tarjetas de crédito, débito y pagos móviles) en comparación con el uso de
efectivo.