Imagina que estamos en 1983, pero no en la España de
Suárez. Nos encontramos en la puerta del que sería el tercer campus oficial de Apple, situado en la concurrida zona de
Bandley Drive en
Cupertino. El
Apple Park todavía ni existe. Es primavera, uno de esos que invitan a pasear hasta el anochecer.
Y el edificio que tenemos enfrente de nosotros es Bandley 3, un futurista para la época espacio rodeado de zonas verdes. Fue en este sitio donde comenzaron las extravagancias, las locuras. En este momento Apple empezó a ser realmente Apple, y Steve Jobs se desató.
Este edificio es historia pura de la marca, construido inicialmente para albergar a los equipos de ingeniería, todo cambió cuando en enero de 1983 Steve Jobs decidió que el equipo Macintosh debía ser diferente al resto de equipos de la compañía. Necesitaban salas más grandes, un nuevo espacio. Más bien lo convirtieron en una guarida. Aquel lugar se alejaba de cualquier concepto tradicional de oficina conocido.
Parece que la revista Fortune tenía muy claro lo diferencial de aquel sitio, y cuando en 1984 - coincidiendo con el lanzamiento del Macintosh - tuvieron que hacerle una entrevista al equipo, una de las icónicas fotos la hicieron en la recepción del edificio. En ella aparecen parte de los creadores del Mac y dos artículos únicos en la mitología de Apple: la bandera pirata creada por la diseñadora Susan Kare y un piano Bösendorfer que te encontrabas justo al entrar.