El sentido común nos dice que un atleta de halterofilia, salto, velocidad o presentación no debe entrenar igual que un culturista. Está claro que los objetivos de cada tipo de atleta no son los mismos pero hay que entender la diferencia que existe en el rendimiento de cada uno a nivel de los mecanismos fisiológicos subyacentes.
En este artículo te explicamos cómo se comportan las fibras musculares y cuáles nos
interesa mantener si somos atletas que necesitamos aplicar nuestra fuerza en el menor tiempo posible.
Cómo funcionan las fibras musculares y cómo retener las que nos interesan si somos atletas de velocidad
Una característica que diferencia a los tipos de fibras musculares es la velocidad máxima a la que pueden acortarse. De esta forma las fibras tipo I se acortan a una velocidad máxima de entre 0, las IIA a unas tres o cuatro longitudes y las IIX a 5 o 6. Las fibras tipo I se consideran lentas y las tipo II se consideran rápidas. No obstante las fibras IIX son aún más rápidas que las IIA.
De esta manera, es destacado que un atleta de velocidad trate de retener las fibras tipo IIX lo máximo posible dado que con un entrenamiento inadecuado las fibras tipo IIX pueden convertirse en IIA. Y es que pensémoslo, si tenemos que lanzar algo a la máxima velocidad posible la fuerza producida va a tener que depender de aquellas fibras musculares que puedan acortarse a la velocidad que el movimiento requiera.