Imagínate la escena: cena de gala, cientos de eruditos tecnológicos, todos de punta en blanco. Y, en mitad de ellos, nuestro ex-monarca, Juan Carlos I de España, sentado al lado de Steve Jobs, que entonces ni siquiera trabaja para Apple pero tiene un gran proyecto entre manos. Ese proyecto se llama NeXT, una empresa de ordenadores, con ofertas de empleo muy jugosas y una idea clara para revolucionar la informática doméstica: crear la interfaz más intuitiva jamás diseñada.