Te pones los AirPods para que nadie te agobie y empiezas a dictar en voz alta. Un email, parte de un texto, lo que sea. Pareces ocupado, centrado en una tarea, pero en realidad solo estás aparentando que trabajas en algo. Esta parece ser una de las estratagemas de muchos empleados relativamente jóvenes, de la Generación Z, frente a las políticas corporativas de mayor control y mayor vigilancia de jefes omnipresentes.