El tiempo es oro y nadie lo entendía mejor que
Steve Jobs. El fundador de Apple tenía una relación casi obsesiva con los minutos. Y es que un ejecutivo pierde de media 31 horas al mes en reuniones improductivas. Otros estudios dicen que, de los cinco días que estamos en la oficina, uno lo perdemos sin hacer nada. La fijación de Jobs por aprovechar cada minuto le llevó incluso a regalar un
Jaguar a una empleada para que nunca más llegase tarde.
El tiempo es el único recurso que no podemos recuperar. Por ello, las empresas buscan empleados más eficientes y productivos. ¿Y cuál es el primer paso para entrar en un nuevo trabajo? La entrevista. Una experta en selección de personal ha dado con tres comportamientos que pueden arruinar ese trabajo soñado incluso antes de empezar.
Steve Jobs era conocido por sus peculiares métodos para gestionar el tiempo. Cuando se bloqueaba en una tarea, aplicaba la regla de los 10 minutos: si no avanzaba, salía a caminar para despejar la mente. Una práctica que hoy respalda la ciencia y que muchas empresas están empezando a adoptar bajo el nombre de "walking meetings".
Sus reuniones eran legendarias por su brevedad. No toleraba presentaciones extensas ni divagaciones. Si alguien no aportaba valor en los primeros minutos, simplemente se levantaba y se iba. Radical, sí, pero tremendamente efectivo. Como mucho, podía haber tres personas y tres temas. Esta técnica coincide con otros magnates como Jeff Bezos de Amazon.