Es un caso que ha dejado perplejas a las autoridades estadounidenses: una mujer de
Arizona ha sido acusada de llevar a cabo un fraude masivo con el que recaudó casi 7 millones de dólares... para financiar los programas de armas del régimen de
Corea del
Norte, y eludir así las sanciones internacionales impuestas al país asiático.
Christina
Chapman, supuestamente colaboró con tres trabajadores tecnológicos norcoreanos para infiltrarse como empleados en más de 300 empresas estadounidenses recurriendo a identidades robadas.
Los tres norcoreanos, haciéndose pasar por estadounidenses (hicieron uso de hasta 60 identidades reales), utilizaban documentación falsificada para superar los controles de elegibilidad laboral del Departamento de Seguridad Nacional.
Según los documentos judiciales,
Chapman albergaba en su casa una "granja de portátiles" (proporcionados por las empresas estadounidenses), que ella usaba para hacer creer que los trabajadores se encontraban físicamente en Estados Unidos (pues esto les permitía conectarse a través de su dirección IP).
Un ingeniero de 22 años tiene dos trabajos a jornada completa: su secreto pasa por hacer sólo las tareas imprescindibles
Los trabajadores norcoreanos, usaban identidades falsas para lograr empleos remotos en grandes compañías (entre ellas una destacada cadena de televisión nacional, una empresa tecnológica de Silicon Valley y un icónico fabricante de automóviles).