Con ocasión de la actual campaña de declaración de la
Renta (que finaliza el 1 de julio), ha salido a la luz una nueva ciberestafa que busca, como de costumbre en estos casos, robar el dinero de sus víctimas. Sólo que, en esta ocasión, no tiene nada que ver con enlaces fraudulentos ni con descargas de malware.
El asunto es un poco más complejo. De hecho, gira en torno a la suplantación de identidad en el ámbito de las
apuestas online.
Recientemente, la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) del Ministerio de Consumo tuvo que intervenir debido al creciente número de ciudadanos que, al realizar su Declaración de la
Renta, han descubierto que debían pagar impuestos por
ganancias en
apuestas... que nunca realizaron.
Los estafadores, organizados en grupos criminales, se han estado dedicando a suplantar identidades para registrar a personas en casas de
apuestas (tanto físicas como en Internet). Una vez que contaban con los datos del DNI de sus víctimas, los estafadores los usaban para realizar
apuestas, logrando que las
ganancias se dirigiesen a sus propias cuentas mientras las obligaciones fiscales recaían sobre las personas cuya identidad ha sido suplantada.