El final del soporte para
Windows 10 marca un momento decisivo en la historia de los sistemas operativos. Mientras
Microsoft prepara el terreno para que los clientes migren a
Windows 11, una parte significativa de ellos se resiste al cambio. Las críticas a la nueva versión, considerada por algunos como una evolución fallida, han llevado a muchos a buscar alternativas más confiables y libres de restricciones. Entre ellas, Linux emerge como una opción sólida y permanente.
Windows 11, una de las versiones más controvertidas de
Microsoft. En lugar de centrarse en mejorar la experiencia del usuario, la nueva versión prioriza la integración con servicios en la nube, herramientas de inteligencia artificial y la recopilación masiva de datos. Estas características han generado preocupaciones sobre la privacidad y el rendimiento, especialmente en equipos más antiguos o con hardware limitado.
Por otro lado, que llegará al final de su ciclo de soporte en octubre de 2025, sigue siendo preferido por millones de usuarios. Incluso versiones más antiguas, como
Windows 95 o
Windows XP, todavía se utilizan en algunos rincones del mundo, demostrando la resistencia al cambio en el ecosistema de
Microsoft.
Frente a esta situación, segura y libre de las restricciones impuestas por
Microsoft.