En España, la factura de la luz ya no solo supone un quebradero de cabeza por su precio, sino además por los muchos fraudes que la rodean. En los últimos meses, miles de ciudadanos han sido blanco de dos tipos de estafa cada vez más sofisticados: el phishing (por correo electrónico, que trata de hacerse con nuestros datos bancarios y/o infectar nuestros dispositivos con malware) y el vishing (a través de llamadas de voz que aplican técnicas de presión comercial y manipulación).